El cantero de San Juan

 

El cantero de San Juan
se mira ajeno a la feria
desbastando la materia
según un mágico plan.
Gubia y estilete están
respetando áureas escalas,
por destacar en mil galas
la plumífera más fina,
mas voló su golondrina
en cuanto esculpió las alas.

Aún con la impunidad
que le daba la distancia
la golondrina, con ansia,
despreció la libertad.
Una oculta habilidad
tenía el cantero aquel:
mientras usaba el cincel,
de manera subrepticia
con la gubia y su caricia
le había incendiado la piel.

Picaflor y golondrina
iguana y nahual cuenqueño
toro de luna y un sueño
con fondo de venturina.
Alba magia se avecina;
pido que mi alma la afronte.
Fortaleza de bisonte,
caricia dulce en las manos
y en la mente los arcanos,
pétrea barca de Caronte.

Cantando con las canteras
animadas canterías
son muchas cantererías
las de las pasadas eras.
Eras, fueras y supieras
hacer redes con aguja,
y la Edad Media se estruja
con recuerdos del futuro...
pero no derriba el muro
del secreto de una bruja.

 

Ana Zarina Palafox Méndez
Solsticio de verano de 2008

Índice de versos Página principal